El MITO del pene Gigantesco

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El tamaño del pene se ha convertido en una de las principales preocupaciones para muchos hombres, llegando a convertirse en una fijación obsesiva, observando y comparando penes.

Según el un estudio médico realizado por Barry McCarthy (1973) dos de cada tres hombres estiman que su pene tiene un tamaño inferior al normal.


Aquí en PGMagazine te daremos diversas explicaciones que dan varios estudios de sexualidad, demostrando que esta percepción es equivocada.

La primera es que el niño ve el pene de su padre a una edad en la que le impresiona grandemente el tamaño.

Para otros  en los gimnasios, vestuarios y saunas el hombre observa frecuentemente los penes de los demás que, por el efecto de la perspectiva, le parecen mucho más grandes.


Otra razón es que los penes en estado flácido varían considerablemente de tamaño, por el contrario, erectos es mucho menos la diferencia.

A estas reflexiones podemos añadir que los niños; cuando entre juegos pubertos se enseñan su pene en grupo, suelen sorprenderse por el tamaño del pene en erección de compañeros de mayor edad.

Por ejemplo, un niño un niño de diez años con los genitales normales suele tener un pene de tamaño considerablemente menor que el de su compañero de trece años.
Esta diferencia de tamaño queda grabada en la mente del niño y en edad adulta piensa que su pene continua siendo considerablemente menos que el de los demás; esto es en ocasiones la causa del complejo que puede arrastrar un hombre durante muchos años.
Esto se ve reflejado en las consultas sexológicas, cuando se le pregunta a un hombre si tiene algún complejo de tipo sexual, con frecuencia la respuesta es: "complejo, complejo, ¡no!... pero a quién no le gustaría tenerla más grande".
Muchos creen que la satisfacción sexual de su compañera sexual depende en gran medida, si no principalmente del tamaño de su pene.

Quizá a muchos hombres les aliviará su angustia saber que el tercio exterior de la vagina está más provisto de terminaciones nerviosas, y por lo tanto goza de mayor sensibilidad, que el resto de la vagina, por lo que el tamaño del pene erecto no es decisivo para el placer de la mujer durante el coito.

Y el ancho del pene en erección tampoco suele ser un determinante clave en la estimulación sexual, debido a que los tejidos de la vagina gozan de tal elasticidad que se adaptan fácilmente al tamaño y grosor del pene.


Aún con esta explicación habrá hombres que sigan obsesionados con alcanzar los 30 cm de rigidez, pero lo cierto es que lo único que conseguirán será descuidar aquellos comportamientos que realmente si ayuden a disfrutar y satisfacer más a su pareja.

Como decía la autora Pilar Rohar: "Tenerla corta sólo deprime a los que no han entendido de qué va la cosa".