El Ángulo del Durazno | Disfrútalo sin empalagarte
- - ¡Quiero morderte el durazno!... Que rica frase; que ronda, en muchos miles de textos que hablan
del extasis, del amor, del sexo, de la unión de cuerpos, pero sobre todo… de la
mujer enamorada.-
Así hablaba mi
maestro de literatura, Don Arnuldiano, mientras ojeaba un libro que tenía en la
portada a una mujer completamente de espaldas semidesnuda, como incitando a
todas nuestras almas pubertas a fantasear con aquella chica; que más que
repulsiva, era una diosa sin nombre.
- - El ángulo del durazno,- siguió
hablando el profesor.- es muy sencillo de entender compañeros…, es que todas
las chicas, cuando sienten un amor intenso, profundo y ardiente; siempre tienen
la necesidad y el deseo de arquear la esplada; o sea que se voltean e inclinan suavemente su cadera
mostrando su sexualidad en todo su esplendor.-
Cuando terminó de
decir aquellas palabras era evidente que toda la clase quedó en silencio, nadie
si quiera se atrevía susurrar absolutamente nada... Un ambiente extraño se
respiraba en ese salón de clases preparatorianas, donde todos los que estábamos
adentro, sabíamos que ese día nuestra vida cambiaría.
Hasta muchos de mis
compañeros que se consideraban Tahúres en el arte sexual, ni siquiera les
pasaba por la mente que era aquella frase , o significado, o descripción de:– El Ángulo del Durazno.-, hasta cierto
punto resultaba cómica, pero la chica de la portada borraba cualquier sonrisa
para convertirla en deseo sexual.
En ese momento
nuestro maestro Arnuldiano, que como ya se abran dado cuenta era muy explicitó
para dar su clase; de su maleta saco una bolsa llena de duraznos, y a cada uno
de nosotros nos dio uno, y comenzó a hablar.
- - Antes de que se coman esa fruta prohibida quiero que la vean y exploren detenidamente, poro por poro, ángulo
por ángulo... (después de un lapso de meditación prosiguió). Se dan cuenta que
esa fruta es como si la chica de sus sueños, en esa noche mágica, llena de
descontrol y desnudes, empinara ligeramente sus pompis, suplicando que esa
noche de pasión no termine.-
En ese momento de lucidez estudiantil, descubrimos que esa pose femenil, que a muchos nos había enviciado, tenía un nombre dentro del albur y era llamada: EL ÁNGULO DE DURAZNO
¿Y TU COMO
DESCUBRISTE ÉSTA POSICIÓN?
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